El primer contacto con los Yankees fueron las colas de inmigración. Te separan entre estaunidenses y el resto. A estos últimos les castigan con una hora más de cola, la impresión de las huellas dactilares y una foto. Eso si todo va bien, que si no te abren la maleta y tienes interrogatorio.
Ficha que debes rellenar en las aduanas. (Te la dan en el avión):

Lo siguiente ha sido la excursión en el típico taxi amarillo. Tenía pensado coger el metro pero estaba con mi amigo Santi, nos hemos mirado y pa´dentro. Aquí no te ayudan con la maleta, te abren el capó y tú mismo. Eso sí, al final sí te piden el 15% de propina.

El conductor, indio (de la India y no Apache), nos ha dejado en Greenpoint un barrio polaco situado a la derecha de la gran manzana encima de Brooklyn. Punto B.
El hostal, porque no llega a hotel, los baños son comunitarios, está situado en frente de una comisaría de policía.
Lo que da seguridad... Aunque Santi se preguntaba por qué hace falta una en esa zona...
Bueno a continuación nos hemos ido a degustar la gastronomía americana:
Santi ha pedido esto:

Y yo esto otro:

Ha sido curioso porque la camarera me preguntaba si quería lechuga, tomate, pimiento, pepino, aceitunas y jalapeños. Yo contestaba a todo que sí y ha quedado tan grande que no se podía cerrar. Al final ha sabido genial aunque la próxima vez será sin jalapeños...
Ahora estoy en Brooklyn en la casa de Santi:

Con sus flatmates: Ruben que es de Zaragoza y Luis de Madrid. El primero lleva aquí 3 años y el segundo 9 meses.
Están calentando motores para salir esta noche. Yo he declinado la invitación, ha sido mucho viaje y mañana a las 8:30h hay que despertarse para recorrer Manhattan.
Ya os contaré,
(Añadido al día siguiente. La vuelta al hostal fue muy dura. En el camino de vuelta nos quedamos a tomar algo por algún bar y se hicieron las 23:30h. Santi me acompañó hasta mi línea pero después cuando ya estaba sólo en el metro me quede dormido y todavía no sé como me desperté en mi parada cuando estaban apunto de cerrarse las puertas.
La verdad es que llevaba 22 horas desde que salí de Madrid).
Agur,Iñaki